La
obsesión por los “niños perfectos”
Provoca la eliminación de
muchos no nacidos
Una
creciente demanda de «niños perfectos» está llevando a la eliminación de bebés
no nacidos con problemas de salud. El periódico Globe and Mail informaba el 28
de octubre que el número de niños nacidos con fibrosis cística se ha reducido
notablemente en los últimos años.
Según una
investigación publicada en la Journal of Pediatrics, actualmente 1
de cada 3.608 bebés nacidos en Canadá sufre de fibrosis cística, comparado con
el 1 de cada 2.714 antes de que existiera el diagnóstico genético para esta
enfermedad. «Nuestra hipótesis», indicaba al Globe and Mail Mary Corey,
científica jefe en el Hospital para Niños Enfermos de Toronto, «es que se ha
puesto fin a los embarazos».
El artículo
también observaba que esta prueba se extenderá notablemente. Funcionarios de
Ontario están planean hacer pruebas de 21 parámetros metabólicos, en comparación
con las dos pruebas que se realizan actualmente.
Las pruebas
genéticas también están aumentando en Gran Bretaña. El periódico de Londres
Telegraph informaba el 11 de julio de que se había desarrollado un método para
hacer pruebas de hemofilia a embriones.
Los médicos
británicos del Clinical Sciences Center del Hospital Hammersmith y Queen
Charlotte han desarrollado una forma de diagnóstico de preimplantación para
comprobar la hemofilia de los embriones concebidos a través de fertilización in
vitro. Hasta ahora no se podía probar la hemofilia de los embriones hasta que no
estaban en el vientre materno, por medio de la
amniocentesis.
El 19 de
agosto el Times informaba de que el gobierno había dado permiso a una clínica de
Londres para analizar embriones buscando un gen que puede dar lugar al
retinoblastoma, una forma de tumor en el ojo. El artículo observaba que este
permiso rompía una nueva frontera, dado que el retinoblastoma raramente es
fatal. De hecho, el 95% de los casos normalmente son tratados con
éxito.
El Times
informó que las organizaciones que defienden los derechos de los embriones
criticaron esta aprobación. Las organizaciones sostienen
que esto llevará a la destrucción de embriones que podrían estar perfectamente
sanos, junto con otros que podría desarrollarse con una alta probabilidad de
tener una vida normal una vez que se tratara el tumor.
Se dio el permiso para llevar
a cabo la prueba a Paul Serhal, del University College Hospital. El año pasado
se convirtió en el primer doctor de Gran Bretaña al que se permitía hacer
pruebas con embriones sobre un gen que causa cáncer de
intestino.
El deber de hacer las
pruebas
En Australia, entretanto,
surgió la controversia sobre la utilización de las pruebas genéticas para
eliminar a bebés, cuando un bioético defendió que los padres tienen la
obligación moral de utilizar esta tecnología para lograr «el mejor niños
posible».
El periódico Age informaba el
5 de junio de los comentarios hechos por Julian Savulescu, de Melbourne.
Actualmente es el director del Centro Uehiro de Ética Práctica de
la
Universidad de Oxford y es también moralista en el Instituto
Murdoch de Investigación Infantil de Melbourne.
Savulescu estaba en Melbourne
con motivo de la cena anual de la Sociedad Australiana
para la
Investigación Médica, donde le concedieron la medalla del
2005.
También argumentó a favor de
utilizar las pruebas para comprobar los rasgos de carácter deseables. «Creo que
tenemos una razón para utilizarlas (las pruebas) no sólo para detectar
enfermedades, sino para considerar la clase de características que es probable
que tengan nuestros hijos», declaró al Age. Afirmó que rasgos como la empatía,
la simpatía y la imparcialidad podrían crear personas más
morales.
Robert Sparrow, del Centro de
Bioética Humana de la Universidad Monash,
criticó a Savulescu. En un comentario publicado en el Adelaide Advertirser el 15
de junio, Sparrow apuntaba que el uso intensivo de las pruebas llevaría al
camino de la «eugenesia de las fuerzas del mercado».
«Habrá una gran presión sobre
los padres para que tengan bebés perfectos habida cuenta de que un bebé perfecto
se determina por la opinión de la mayoría», afirmaba Sparrow. «Los padres pronto
se convencerán a sí mismo que a no ser que tengan un niño agradable,
inteligente, alto, rubio y de ojos azules, su hijo tendrá menos éxito en la
sociedad que otros niños».
Asimismo, si se percibe que el
nacimiento de niños con discapacidades refleja una elección de los padres, las
actitudes sociales podrían cambiar y ser menos tolerantes hacia el
discapacitado.
El legado de
Sanger
El apoyo a la eugenesia tiene
una larga historia. Una de las defensoras más influyentes de los tiempos
modernos fue la fundadora de Planned Parenthood, Margaret Sanger. Un libro del
2005, «Margaret Sanger’s Eugenic Legacy: The Control of Female Fertility» (El
Legado Eugenésico de Margaret Sanger: El Control de la Fertilidad Femenina),
examinaba su papel y la influencia que todavía tiene.
El libro de cuidadosa
investigación, con 75 páginas de notas y bibliografía, sostiene que Sanger
(1883-1966) tuvo «un compromiso genuino con la ideología
eugenésica».
Los logros de Sanger, observa
la autora Angela Franks, han llevado a muchas feministas a considerarla «como el
modelo de logro femenino contra un orden opresivo». Muchas feministas también la
consideran como la que ha traído libertad, la libertad de controlar la
fertilidad femenina, indica Franks.
No obstante, Franks se
pregunta cómo puede cuadrar esta imagen con alguien que participó de forma
activa en el movimiento eugenésico y, entre otras políticas, abogó por la
esterilización forzada. La visión de Sanger de la liberación de las mujeres
«estuvo demasiado gravemente afectada con una mentalidad de control opresivo
como para ser capaz de promover la verdadera liberación femenina», sostiene
Franks.
La liberación de las mujeres,
para Sanger, no significaba la libertad para cada mujer de decidir, libremente,
el número de hijos que deseaba tener. Más bien, significaba libertad sexual para
los «adecuados».
El corolario de esta visión es
que ciertas clases de personas no deberían ser padres y, si no abrazan
voluntariamente este estado sin hijos, se les debería forzar a hacerlo. Esta
visión se mantuvo durante la vida de Sanger y, a este fin, Franks cita una carta
escrita por Sanger en 1955.
Controlar a las
mujeres
En la carta, Sanger insiste en
debería utilizarse el control de nacimientos como una restricción «para la
mejora de la familia y de la raza». Esto continúa ocurriendo incluso hoy en día,
observa Franks, puesto que la anticoncepción se sigue usando para controlar a
las mujeres.
Se han institucionalizado y
perpetuado las posturas eugenésicas de Sanger. Esto no quiere decir, clarifica
Franks, que los partidarios individuales de Planned Parenthood sean
eugenetistas. Pero no ha habido suficiente reflexión y rechazo de esta herencia
de eugenesia en las organizaciones dedicadas al control de la natalidad,
llevando a un «persistente fanatismo elitista», sostiene la
autora.
«Sabiéndolo o no», Planned
Parenthood «sigue perpetuando en sus palabras y acciones las creencias
eugenésicas sobre los pobres y los discapacitados, aunque moduladas para que
suenen de modo más dulce a los oídos contemporáneos», indica
Franks.
La autora también afirma que
escribe su libro «como una feminista que teme el feminismo ideológicamente
comprometido que Sanger legó a los Estados Unidos y, debido al gran poder que
los controladores de población tienen por todo el mundo, a todas las
mujeres».
El Catecismo de
la Iglesia
Católica, en el número 2270, estipula que la vida humana se
debe respetar y proteger de manera absoluta desde el momento de la concepción.
«Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos
sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser
inocente a la vida».
En el número 2274, el
catecismo pide que el embrión sea tratado como una persona, y que se defienda su
integridad. El diagnóstico prenatal es moralmente lícito, añade el catecismo,
pero sólo «si respeta la vida e integridad del embrión y del feto humano, y si
se orienta hacia su protección o hacia su curación». Y añade «Un diagnóstico...
no debe equivaler a una sentencia de muerte». No hace excepción alguna con
motivo de producir niños perfectos.
Fuente Zenit.org,
ZSI05111901